Cómo se prepara el cerebro para la adquisición del lenguaje
Los neurocientíficos utilizan varios tipos de experimentos para entender cómo el cerebro interviene en los proceso del habla. Las teorías tradicionales establecen que está dividido en áreas con funciones específicas. Sin embargo, su funcionamiento es similar a una orquesta sinfónica, en la cual un número infinito de músicos son capaces de generar múltiples sonidos. Cuando ocurre la adquisición del lenguaje, los investigadores están muy lejos de entender como interactúan las múltiples áreas del cerebro. De hecho aún no se explican la existencia de una interrelación entre las palabras y las emociones.
En una serie de experimentos compararon cómo los bebés y adultos de diferentes países perciben los grupos de sonidos. Esos estudios evidenciaron que los infantes obtienen y almacenan información valiosa sobre los sonidos en sus cerebros, sin importar que no sepan hablar y auque no hayan recibido educación formal.
Los científicos saben que los adultos instintivamente ayudan a sus bebés a aprender, cambiando el tono de sus voces y hablando muy lentamente. Los niños encuentran muy atractivos, no sólo los arrullos de su mamá, sino los sonidos que son fáciles de oír y reproducir. Los infantes de 12 semanas son capaces de imitar los mismo murmullos de sus madres.
El tipo de actividad cerebral que ocurre en los primeros meses de vida altera nuestras habilidades para distinguir los idiomas, que en algún momento fuimos capaces de escuchar. No es imposible que los adultos adquieran nuevos lenguajes pero es mucho más difícil que en la infancia.
El progreso del vocabulario es esencial en la vida de un niño. Aquellos que conocen una gran cantidad de palabras no tienen dificultades en la escuela, mientras que un vocabulario limitado indica un retraso en el desarrollo y un bajo rendimiento. La adquisición del lenguaje depende de la relación y el nivel de interés en las conversaciones con los adultos.
Usualmente, a los nueve meses y medio, el niño aprenda la primera palabra, y tardará dos o tres semana para que pronuncie la segunda palabra. Durante los seis meses siguientes el bebé aprenderá un total de 30 ó 40 palabras. Es típico, que cuando el chico ha aprendido 50 palabras comenzará a mostrar conocimientos constantes y un progreso exponencial.
Los bebés de 18 meses prestan atención a la boca de los adultos cuando éstos pronuncian alguna palabra desconocida. Sea que un niño conozca 30 o 600 palabras a los 24 meses, se puede decir que la cantidad es proporcional a las palabras que él haya escuchado. El contexto ideal para que el niño asimile más vocabulario dependerá de los padres.
La clase social juega un tremendo papel diferenciador en el desarrollo lingüístico de los infantes. Los hijos de padres profesionales tienen mayor probabilidad de progresar que los niños que pertenecen a familias de escasos recursos. Lo importante es que los adultos siempre pueden hacer la diferencia. Tan sólo deben variar el contexto: incluir conversaciones, leer juntos, jugar con las palabras e incentivar la curiosidad del pequeño por aprender nuevas vocablos.
Otro factor relevante, es extender la capacidad discursiva, es decir, desarrollar las habilidades para producir ensayos, relatos y justificaciones en colaboración con los parientes u otros adultos.