Disciplinar al niño
A los niños no se les debe permitir herir a otras personas o a ellos mismos (verbal o psicológicamente), como tampoco destruir propiedades ajenas. La disciplina es realmente una medida de autocontrol. El proceso de aprendizaje de la disciplina está muy relacionado con la forma como el niño se relaciona con el entorno y establece relaciones sociales.
Una de las mejores maneras para incentivar conductas responsables en los menores es ofreciéndoles la oportunidad de tomar sus propias decisiones. En la medida en que refuerces sus resoluciones él se sentirá más capacitado para emitir juicios de valor. Es tan importante para el niño la experiencia de los resultados como las consecuencias de sus acciones.
Ayúdales a tomar decisiones una vez y ellos aprenderán a ser consecuentes con sus escogencias. Pero recuerda que existen reglas que no son negociables. Algunas veces tendrás que decir «no». Recuerda ser consistente en tus explicaciones y fuerte en el cumplimiento de las normas, porque el niño imitará tu conducta. El autocontrol y la disciplina personal se aprenden por imitación durante la infancia.
Comportamiento agresivo:
Es apropiado reprochar las conductas destructivas, aunque en los primeros años sean muy comunes las agresiones físicas.
¿Cómo se puede disminuir la intensidad del número de episodios agresivos en los infantes?
Debes adelantarte a los hechos. Prevenir los enfrentamientos entre hermanos por la posesión de un juguete y hablarles de lo que tú esperas de ellos, de las actitudes correctas sin enfatizar las malas acciones.
Mantén a los pequeños ocupados en actividades deportivas o artísticas para que no tengan tiempo de molestar a otros menores y gasten todas sus energías.
Precisa pocas reglas, que no sean tan complicadas de recordar. Has que todas las actividades sean interesantes y ofréceles una variedad de experiencias.
Intervención: Tu meta como padre es enseñarle al niño como resolver los problemas por sus propios medios. Si el niño persiste en golpear o destruir las cosas es probable que busque tú atención o se sienta emocionalmente abandonado. Discute los sentimientos y las normas con calma. Proponle soluciones y permite que él decida qué deben hacer. Intenta hablar con él acerca de su comportamiento, y si consideras pertinente la ayuda de un terapeuta busca los recursos.
En el mercado existen muy buenos libros sobre cómo educar a los hijos y enseñarles buenos hábitos. Como padre no temas manifestar tu molestia, comunícale a tu hijo tus sentimientos. Tómate unos minutos antes de intervenir o castigar al niño, si estás ofuscado es seguro que no tomarás la mejor decisión.