Alimentos por orden de preferencia
Si antes de estar embarazada, no te habías fijado en paladear comestibles saludables ha llegado el momento de comenzar a cambiar tu relación con los alimentos. En los nueve meses aprenderás a conocer el valor de las proteínas, las vitaminas, minerales y grasas. Descubrirás que hay ciertos víveres altamente recomendables como: los panes y cereales integrales, la harina y el arroz integral, las pastas, las legumbres, las frutas frescas, las verduras y hortalizas, los champiñones, la leche y el yogurt, los quesos (de leche pasteurizada), las carnes magras y semigrasas, los fiambres, el pollo y el pavo, los pescados y aceites vegetales, los jugos y el agua mineral.
Existe un segundo grupo de alimentos no tan recomendables como los primeros, pero que pueden estar en tu dieta sin problemas: galletas integrales y bizcochos, papas fritas, frutas en almíbar, frutos secos, aceitunas, postres lácteos (arroz con leche, natillas, bebidas de yogurt), carnes grasas y embutidos, margarina vegetal, café y té.
Por último, hay un grupo de alimentos que debes eliminar de tu dieta o sólo tomar excepcionalmente: pastelería en general, bombones, chocolates, confites, harina de maíz, mantequilla, leche condensada, helados, patés, salsas condimentadas, adobos picantes, refrescos azucarados y bebidas con alcohol.
Si tu menú se compone de los alimentos del primer grupo y los combinas con algunos del segundo grupo, estarás bien alimentada durante tu gestación. Siempre y cuando, no olvides prescindir de los alimentos del tercer grupo.
Eventualmente, puedes premiarte por cumplir con tu régimen alimenticio obsequiando algo que te agrade o disfrutando, por un rato de algún antojo. Lo más importante es que tengas fuerza de voluntad, para que sea más sencillo volver a tu peso ideal después del parto.