Ropa interior infantil
A partir de los 18 meses los bebés tienden a dejar los pañales. Sin embargo, eso depende del desarrollo individual de cada uno de ellos. En esta etapa es probable que el niño le indique a sus padres que se ha orinado en la ropa o se ha manchado con pupú.
Transcurrirá algún tiempo antes de que el pequeño advierta esas sensaciones y se adelante a ellas para actuar adecuadamente. Lo mejor es enseñarle donde hacer sus necesidades fisiológicas (en una bacinilla o en la poceta) y no en la ropa.
Tu hijo aprenderá a usar la poceta o la bacinilla si son parte de la rutina diaria. Propóngale que se siente en ellas después de las comidas y antes de salir de la casa. El hecho de consumir alimentos a determinadas horas produce movimientos en los intestinos y no se esforzará en evacuar.
Es bueno que tú, como padre, no presiones al nené a sentarse cada 20 minutos en la poceta. Los niños pueden irritarse y desechar de plano la alternativa de aprender a controlar sus esfínteres. Lo más conveniente es lograr que controle las necesidades de su cuerpo hasta sentirse más independiente.
Comodidad ante todo
La ropa interior aparece cuando, la niña o el niño, van a la tienda con sus padres a adquirir las primeras prendas. El uso de una pantaleta o de un calzoncillo es un símbolo de avance y madurez para el menor. Este puede ser un argumento importante cuando lo animes a usar la poceta o su bacinilla.
Asegúrate de comprarle la talla de ropa interior conforme a su tamaño y edad, con figuras alusivas a sus dibujos animados favoritos. Es recomendable conseguir la identificación del infante con su vestuario, que se sienta cómodo y sea práctica. En cuanto a ropa íntima se refiere, el algodón y las fibras sintéticas suaves, como el poliéster, pueden ser los materiales más duraderos y agradables al tacto. Recuerda que el algodón no absorbe el calor, ni roza la piel. Los botones, lazos y cierres mágicos están descartados de la lista de accesorios en las indumentarias confortables.
En el mercado existen pantaletas de plástico que impiden una mojada descomunal. Si te resultan atractivas puedes adquirir un par y además te pueden servir para adiestrar a tu hijo en el uso del baño. La gran ventaja de este producto es que resultan resistentes y fáciles de lavar. La dificultad es que tienen cierres o botones capaces de incomodar al niño al momento de realizar ciertos movimientos. Las pantaletas plásticas no permiten ciertas posiciones y por ser rígidas, no se adaptan a la piel del niño o sus pliegues.