Tomar leche en el embarazo podría hacer que su hijo sea más inteligente
La alimentación es una de las mayores armas que tiene la madre para velar por el desarrollo de su bebé. Los nutrientes que se consumen en el embarazo no sólo ayudarán a su bebé a desarrollarse dentro de su vientre a nivel corporal, sino también cognitivamente. Es por ello que debe estar muy atenta a todos los alimentos que usted consume durante la «dulce espera».
Aunque puede parecer extraño, pero alimentos como las algas, las fresas y la leche pueden hacer que su hijo sea más inteligente si se los consume durante el embarazo. Esto ocurre porque estos alimentos contienen yodo, un elemento esencial para la producción de hormonas de la glándula tiroides, lo que puede incidir en el desarrollo mental y físico de los bebés dentro del útero.
¿Por qué es importante consumir yodo?
El yodo es un elemento que juega un papel muy importante en el funcionamiento de la glándula tiroides, ya que ésta necesita yodo para producir las hormonas. Dichas hormonas son necesarias para la regulación del metabolismo, el desarrollo de los tejidos musculares y del sistema nervioso, además de ser fundamental en el desarrollo cognitivo.
Es importante consumir yodo en el embarazo por:
- Durante la gestación, la glándula tiroides funciona más que en condiciones normales, por lo que es necesario consumir los suplementos vitamínicos prenatales que incluyan yodo
- La falta de yodo puede contribuir a que el bebé desarrolle lesiones neurológicas irreversibles
Si desea obtener más información sobre las vitaminas prenatales, visite: /articulo/nutricion-y-el-embarazo-suplementos-vitaminicos-y-dieta
¿De qué trata la investigación?
Los especialistas encargados de la investigación tomaron muestras de orina de más de mil mujeres embarazadas y determinaron que aquellas que tenían un déficit de yodo eran más propensas a tener hijos con coeficientes intelectuales más bajos que aquellas que no presentaban dicha carencia.
Además de ello, se determinó que el efecto no sólo es a corto plazo, sino también a mediano y a largo plazo. De hecho, los estudios demostraron que los hijos de madres con carencia de yodo tenían calificaciones más bajas en lectura y escritura pero no en las matemáticas.