Los estudios han determinado que el consumo de antibióticos durante el embarazo puede tener repercusiones en la salud del bebé, hasta tal punto de derivar en defectos congénitos.

¿Qué son los antibióticos?

Los antibióticos son medicamentos que combaten las infecciones bacterianas, eliminando las bacterias y evitando su reproducción.

¿Qué ocurre en el embarazo?

Uno de los síntomas más comunes del embarazo es la micción frecuente. El crecimiento progresivo del útero provoca que la vejiga pierda capacidad, así como también el efecto del aumento de los niveles hormonales inciden en que la madre deba ir un mayor número de veces al baño. Esto puede tornarse un poco molesto para muchas madres, sobre todo cuando las horas de sueño son interrumpidas por las constantes idas al baño.

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Ocurre que este síntoma provoca que la madre sea más propensa a sufrir de una infección en el tracto urinario. Si esto ocurre, entonces el médico deberá prescribir antibióticos para combatir la infección.

Según estudios realizados, esto podría provocar que aumente el riesgo de que el bebé padezca defectos de nacimiento, sobre todo si los antibióticos son consumidos durante el primer trimestre de embarazo, etapa en la que el bebé es más vulnerable.

¿Todos los antibióticos son perjudiciales?

Según los especialistas encargados de esta investigación, la gran mayoría de los antibióticos de uso común no están asociados a defectos congénitos. No obstante, algunos como los derivados de las sulfas, tetraciclinas y aminoglicosidos, sí pueden causar alteraciones en el bebé cuando se los consume en el embarazo.