¿Es favorable adular a los niños?
Es normal que los padres adulen a sus pequeños. Sus obras de arte, sus trabajos académicos y su desempeño en actividades recreativas siempre son objeto de aplausos. Muchas veces, su hijo puede presentarle un trabajo con muchas deficiencias, pero usted lo anima y le dice que es una obra fantástica. Ante esto, los especialistas se cuestionan: ¿Realmente es favorable adular a su hijo?
Adular: ¿Favorable o no?
Según los especialistas, el problema no sería el elogio como tal, sino cuando los padres lo inflan de modo exacerbado. De manera que, en vez de dar palabras de aliento y una buen calificativo, los padres inflan aún más el elogio con frases como «súper increíble», «está perfecto», etc. Entonces lo que ocurre es que, según expertos, se sobredimensiona el nivel de confianza del niño que, si bien es buena la alta autoestima y la confianza, tenerlas de forma exagerada puede ser negativo.
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Se cree, pues, que estos niños evitarán futuros desafíos debido a su alto nivel de confianza.
En el caso de los niños que tienen baja autoestima, se cree que si reciben elogios exagerados, entonces no se atreverán a volver a intentarlo.
¿Cómo hablarle a su hijo?
Lo que recomiendan los especialistas es pensar muy bien el mensaje que le dará a su hijo cuando le presente algún trabajo que realizó. Debe asegurarse de elogiarlo sin elevar sus estándares a un nivel demasiado alto, de tal manera que su pequeño no tenga miedo de volver a alcanzarlos en el futuro próximo.
Según expertos de una reconocida universidad estadounidense, es recomendable enfocarse en el trabajo que su hijo empleó para la realización de la obra. Usted puede incentivarlo con frases como «¡Realmente trabajaste muy duro!»
De hecho, de acuerdo a un experimento, los niños que eran felicitados por su inteligencia se arriesgaban menos y procuraban elegir actividades que sabían hacer, al mismo tiempo que se enfadaban si fallaban en ellas.
Otro experimento que se efectuó para evaluar los efectos de los tipos de elogios de los padres sobre sus hijos fue armar un rompecabezas. Se demostró que los niños que fueron elogiados por su inteligencia se frustraban rápidamente cuando no lograban armar el juego, mientras que aquellos que eran felicitados por su manera de realizar el trabajo seguían intentando armarlo, aunque esto les costara esfuerzo.
Otra manera de alentar a su hijo sin elogiarlo a sobremanera es con frases como: «¡Admiro lo concentrado que estás!»