Cómo cultivar la paciencia en los niños
La paciencia se aprende. Claro que los niños se rehúsan a esperar y siempre desean conseguir lo que quieren en el acto. No obstante, usted puede empezar a tomar acciones para enseñarles a sus hijos a ser pacientes desde que son pequeños.
¿Cuándo actuar?
Ciertamente la paciencia no es un atributo de los niños. Ellos no saben medir el tiempo y sólo sienten que se encuentran sumergidos en una tortura interminable cuando deben esperar por algo que pidieron. Ahora bien, usted puede empezar a forjar la paciencia de su hijo desde que éste cumple los 3 años de edad. Esto será muy bueno para él en el futuro, ya que cuando crezca no será una persona intolerante e inmadura.
¿Qué hacer para que su hijo sea más paciente?
A continuación le enseñaremos algunas estrategias que pueden verse insignificantes pero que son altamente efectivas. Usted debe crear el hábito de ser paciente en su hijo, y esto exige de pasos pequeños pero firmes.
- Siempre debe dar el ejemplo
Los niños son como esponjas: absorben todo. Ellos observan e imitan, por eso es importantísimo que sus enseñanzas sean compatibles con sus acciones. Ofrézcales a sus hijos un modelo de serenidad, ya que reaccionando de manera impulsiva sólo les transmitirá sus inseguridades. En caso tal que usted haya perdido la compostura, asegúrese de disculparse y explicarles que esa no es la forma correcta de actuar.
- Enseñe buenos modales
Enseñar buenos modales está estrechamente relacionado con la paciencia. Explicar que las rabietas no son una forma correcta de conseguir lo que quieren es clave. No tema ser reiterativa, los niños necesitan que les digamos las cosas en repetidas ocasiones para que poco a poco se vayan grabando en sus mentes.
Procure no ceder ante las rabietas de su hijo, no obstante, muchas veces los niños optan por este recurso para llamar la atención. Haga una introspección y pregúntese si las rabietas se originan por falta de paciencia o por falta de atención de su parte.
- Cumpla con lo que le prometió
Su hijo entenderá que esperar vale la pena cuando usted cumpla con sus promesas. De nada sirve que diga «después de comer voy a ver el dibujo que hiciste», si al terminar no cumple con su promesa. Esto no le enviará un buen mensaje, sino que lo confundirá y no aceptará sus promesas en un futuro.
- Explíquele por qué tiene que esperar
Explique con un tono calmado y sereno por qué vale la pena esperar. Sea comprensiva. Es un niño pequeño y está aprendiendo. Claro que no siempre funcionará su explicación, pero como ya indicamos los pequeños pasos hacen un largo recorrido que perdurará en sus vidas.
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