De principio a fin, el embarazo implica todo tipo de pruebas, y algunas son menos agradables que otras. Amy Schumer, quien reveló su embarazo en octubre, recientemente compartió en Instagram que se estaba sometiendo a una prueba de glucosa, que definitivamente parecía estar en el extremo desagradable del espectro.

Las personas embarazadas se someten a este tipo de detección de glucosa para detectar la diabetes gestacional. Una condición que se desarrolla durante el embarazo cuando hay demasiada glucosa (azúcar) en la sangre en lugar de ser utilizada para obtener energía.

Si tiene diabetes gestacional, su cuerpo le pasa más azúcar a su bebé de la que realmente necesita. Eso puede hacer que su bebé aumente de peso y le cause complicaciones, como dificultades de parto, la necesidad de una cesárea, un sangrado abundante después del parto y desgarros severos en su vagina. También aumenta el riesgo de tener presión arterial alta durante el embarazo, lo que puede generar un estrés adicional en el corazón y los riñones.

El examen de glucosa por lo general ocurre cerca del final del segundo trimestre, entre las 24 y las 28 semanas de embarazo. Y tiene la finalidad de ver cómo su cuerpo y azúcar en la sangre responden al recibir una carga de glucosa.

Un resultado normal de la prueba es un nivel de azúcar en la sangre que es igual o inferior a 140 mg/dL una hora después de beber la bebida dulce previa al examen. Si obtiene un resultado normal, eso sugiere que no tiene diabetes gestacional. (Schumer publicó unos días después, confirmando que había superado la prueba).

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