Para llegar a esta conclusión, estudió dos teorías de larga data sobre por qué las madres tienen más probabilidades de abandonar la fuerza laboral que los padres.

Uno sugiere que las mujeres embarazadas se sienten «expulsadas» del lugar de trabajo. El segundo indica que las madres deciden por sí mismas durante el embarazo «optar por no participar» debido a los cambios en los valores personales y profesionales. Conocidos como la «penalización por maternidad» y la «prima por paternidad», los investigadores han atribuido ambos a viejos estereotipos culturales que favorecen a los padres como ganadores del pan y a las mujeres como cuidadoras.

Los hallazgos indican que a medida que las futuras mamás reciben un estímulo profesional reducido en el trabajo, experimentan una menor motivación para permanecer en la organización o en la fuerza laboral. Los padres ven el efecto contrario. Obtienen un mayor estímulo profesional de colegas y gerentes. (IANS)

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