Lamentablemente no. «Una vez que está embarazada, esta es una posibilidad», dice el Dr. Garb, ginecólogo del Hospital Northwestern Medicine Lake Forest.

Conocer su historial familiar y hablar con su obstetra sobre cualquier picazón sin erupción es la clave. Y las mujeres que han experimentado ICP antes también deberían estar atentas, ya que la ICP puede reaparecer en futuros embarazos en un 60 a un 90 por ciento de las mujeres, según la American Liver Foundation.

Las mujeres que experimentan colestasis también deben buscar tratamiento adicional después de que nazca el bebé. «Las mujeres que han tenido PIC durante el embarazo deben ser atendidas por un hepatólogo (un especialista en hígado) después del parto para evaluar cualquier daño hepático duradero», dice el Dr. García.

Las mujeres con ICP tienen una mayor probabilidad de desarrollar enfermedad hepática, cálculos biliares o cáncer de hígado, y a menudo se les recomienda realizarse una prueba de función hepática una vez al año.

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