3. Evitar comer afuera

No solo es más barato sino también más saludable cocinar alimentos caseros, en comparación con la compra de alimentos preparados. Si apenas tienes tiempo para cocinar a diario, puedes cocinar a granel ahorrando el resto para el día siguiente.

Además, puedes empacar la comida extra y llevarla al trabajo al día siguiente. Una ventaja de la comida casera es que evitará los azúcares y las grasas que se encuentran en los alimentos ya preparados, y podrás comer alimentos frescos. También puedes evitar las bebidas de las máquinas expendedoras y, en su lugar, consumir más agua o llevar tus propias bebidas embotelladas desde casa.

4. Reduce tus desperdicios

En lugar de deshacerte de las verduras o la carne sobrantes, úsalas para preparar una sabrosa sopa o cazuela para el almuerzo del día siguiente. Hacer sopa es bastante fácil, y encontrarás toneladas de recetas fáciles en línea. Los restos de tomates y zanahorias se pueden mezclar para preparar bebidas de jugo de vegetales. Además, si sus frutas están a punto de dañar, puedes mezclarlas con yogurt dietético para preparar un licuado de frutas frescas. Además, puedes hacer ensalada de frutas y congelar frutas como peras y manzanas hasta que las necesite.

5. Ahorra en bocadillos

Notarás que comenzarás a consumir más refrigerios para mantener altos niveles de energía. Es recomendable comprar refrigerios saludables, en lugar de los que tienen un alto contenido de grasa y azúcar, ya que contienen muchas calorías vacías y te harán sentir más hambre.

Los bocadillos saludables, por otro lado, te dejan llena por mucho más tiempo. Es recomendable comprar nueces en bolsas más grandes. Además, evita los artículos preenvasados, como queso, zanahorias, tomates y pepino. También puedes comprar yogurt y cereales de marca propia, esto debería ahorrarte más dinero.

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