Las mujeres que quedan embarazadas después de los 35 años, son consideradas como embarazdas de alto riesgo ello es debido a que tienen más riesgo de desarrollar problemas de tensión elevada, diabetes etc, durante el embarazo pero lo más preocupante son los riesgos de los bebés de estas madres. Se ha demostrado que estos bebés tienen alto riesgo de presentar problemas cromosómicos graves como el Síndrome de Down ( también llamados mongólicos ), problemas de retardo mental y de crecimiento disminuído del bebé dentro del útero, no alcanzando el peso ideal al nacer (entre 2500 y 3500 grs). Para descartar estos problemas cromosómicos tan graves es imperativo realizar una amniocentesis que consiste en sacar el líquido que rodea al bebé para estudiar si los cromosomas del bebé son normales. Una vez verificada la normalidad cromosómica prosigue el embarazo con controles ecosonograficos para constatar que el crecimiento del bebé es normal y acorde con la fecha de embarazo. Si la amniocentesis y el crecimiento del bebé es normal, el embarazo puede proseguir y finalizar de igual forma al de una paciente más jóven.