La diabetes gestacional es el aumento de las cifras de glicemia (azúcar) en la mujer embarazada, por acción de las hormonas del embarazo. Es más frecuente en pacientes obesas. No existen signos ni síntomas fiables para diagnosticarla, por eso es importante realizar los estudios de glicemia (glicemia en ayunas, curva de tolerancia glucosada) en sangre a todas las mujeres embarazadas. Existen dos tipos, la de bajo riesgo y la de alto riesgo. La diabética de bajo riesgo se controla con dieta y se maneja con control de glicemia en su casa. Por eso el médico debe referir a la mujer embarazada con una dietista y debe seguir sus instrucciones al pie de la letra. Si mantiene la glicemia en ayunas por debajo de 105 mg/dl y la postprandial después de 2 horas por debajo de 120 mg/dl, no hay problemas ni para la madre ni para tu bebé. La diabética de alto riesgo hay que hospitalizarla e indicarle insulina para prevenir las complicaciones maternas o fetales. El manejo debe ser del obstetra con un endocrinólogo. En estos casos el bebé puede ser macrosómico (muy grande), y tener problemas metabólicos o respiratorios al nacer. En general después del parto la mujer se cura y no presenta problemas metabólicos. Lo más importante es seguir las indicaciones del médico, controles prenatales seguidos, el control dietético y el control de la glicemia.