Tiempo libre infantil y su relación con la televisión
Si consideramos que los niños aprovechan la mayor parte de su tiempo libre viendo televisión, nos queda pendiente estudiar qué otras actividades pueden realizar los menores en compañía de sus padres, sin que necesariamenteimpliquen un costo adicional en los presupuestos familiares.
El propósito es indagar en los gustos e intereses de los más pequeños de la casa, que por diversas razones prefieren observar la pantalla del televisor durante varias horas en lugar de realizar otros asuntos. Entonces, ¿cómo se distribuye el tiempo libre de los pequeños?, ¿Qué pueden hacer los padres para limitar los hábitos de sus hijos con respecto a los medios audiovisuales? ¿Es recomendable que los televisores permanezcan en las habitaciones de los hijos?
Actividades recreacionales infantiles:
Entretenerse con la pelota, recrear la vida familiar, jugar a la escuelita o imitar a los héroes parecían actividades interesantes para los escolares de la década del 80. Posiblemente, no hayan cambiado mucho las preferencias o patrones conductuales, pero se ha agregado otros elementos mediáticos que estimulan la imaginación de los chicos, como por ejemplo los videojuegos, Internet o la realidad virtual.
La televisión no escapa de las predilecciones infantiles y, en ocasiones, es la que ocupa la mayor parte de sus ratos libres. Los niños necesitan utilizar sus ratos de ocio para desarrollar habilidades psicomotrices y sociales. Durante los períodos de recreación, ellos definen aspectos de su identidad, pueden explorar y ensayar en sí mismos.
El niño es totalmente dependiente de los adultos para seleccionar las tareas que debe realizar cuando se encuentra fuera de su centro educativo, incluso ver televisión. La dificultad se presenta cuando ambos padres trabajan en la calle y no pueden dedicarle toda la atención que requieren y el televisor se convierte en la solución para mantenerlos distraídos durante largo tiempo.
El problema no es que las criaturas vean la TV, sino que dediquen muy pocos momentos para relacionarse o «interactuar» con otras personas, en espacios diferentes al hogar o la escuela. Practicar algún deporte, frecuentar lugares públicos de esparcimiento como parques, plazas y centros comerciales, asistir a institutos culturales donde se imparten cursos de teatro, expresión corporal, danza, pintura o música, parecen alternativas viables pero relativamente costosas para una familia de clase media, que por lo general, tiene varios niños.
¿Dejar ver la televisión durante algunas horas o ingeniárselas para incentivar otros «hábitos» en los pequeños? ¿Qué pueden hacer los representantes para mantener un equilibrio?
Los padres no pueden eliminar la presencia de la TV en la casa, pero si pueden sacar provecho de algunos contenidos programáticos y planificar la cantidad de horas que los niños verán las pantalla chica. Además de discutir lo mensajes con sus hijos, orientarlos y formarles con razonamientos lógicos de reflexión sobre los medios.
La costumbre de utilizar la TV como medio de entretenimiento obedece a un patrón cultural aprendido, que responde principalmente a los medios audiovisuales. En última instancia, son los padres o representantes quienes deben dar el ejemplo, tomar las precauciones del caso y facilitarles a los niños la oportunidad de realizar otras tareas en sus ratos de ocio, como colorear libros de dibujo, leer un cuento sencillo, aprender una manualidad, practicar deportes, tocar instrumentos musicales u otras formas de expresión. Por supuesto no en todas las ocasiones el niño debe cumplir un horario preestablecido. La desocupación también es esencial para desarrollar la imaginación y entender los propios procesos creativos.