Familias abrumadas por el reloj
La vida familiar puede sufrir ciertos inconvenientes cuando todos sus miembros están ocupados en múltiples actividades. Cuando los padres llevan a los hijos a las prácticas de béisbol o a las lecciones de piano, las comidas regulares se olvidan. Como consecuencia, algunos grupos rara vez almuerzan juntos y cuando se reúnen lo hacen frente al televisor o en el carro al momento de iniciar la jornada.
Los vínculos con los amigos y parientes lejanos se pierden, mientras el contacto con la pareja queda relegado a un segundo plano. Cuando los hijos necesitan sentarse a conversar y recibir consejos, posiblemente nadie esté en el hogar.
Entre las 4:00 y las 6:00 pm los padres pueden pensar en inscribir a sus hijos en talleres dirigidos. Dependiendo de la edad y los intereses del niño se deben fijar los límites razonables a las actividades extracurriculares:
Antes de aceptar cualquier propuesta, explíquele al niño cuánto tiempo invertirá en las labores extra cátedra. Recuerde apartar unos momentos para que realice sus tareas escolares.
Deje un tiempo para compartir con la familia. Si le parece, puede comprar una pizza en la noche, reunirlos a todos en el comedor y discutir las expectativas de cada miembro. Montar bicicleta, caminar o salir de compras le darán a los menores la oportunidad de descansar de la faena diaria. No deje pasar por alto la importancia de los juegos infantiles.