Poca Leche
Si está cansada, preocupada o enferma, es muy probable que tenga menos leche durante cierto tiempo, circunstancias que ocurren con frecuencia un día o dos después de salir de la clínica. Si un niño despierta entre las horas de sus tetadas y llora, o coge y chupa cuanto haya a su alcance, es muy seguro que no recibe el suficiente alimento.
El primer impulso de todas las madres en estos casos es recurrir al biberón, acción que opinamos es un error; al menos mientras se piense continuar la lactancia natural, pues se corre el peligro de que el niño le agrade tanto el biberón que se torne negligente y no mame con bastante energía cuando se le del pecho, retrasando el retorno del caudal normal.
Cuando la madre se quede temporalmente sin suficiente leche conviene que alimente a menudo al niño y con ambos pechos cada vez. Generalmente, el caudal de leche vuelve a la normalidad en un plazo de dos o tres días y el niño retorna por si solo a su horario normal.
Pero no siga usted este consejo a pies juntillas, pues si, por ejemplo, el niño llora después de una tetada insuficiente, la lactancia natural no quedará perjudicada porque se le de un aporte suplementario; y con ello solo deseamos hacerle comprender que si se pretende criar un niño al pecho no se le deben dar dos o tres biberones al día tan solo porque no parezca satisfecho.
Si después de haber dado con más frecuencia el pecho durante cuatro o cinco días, el niño sigue con hambre y no engorda, se le debe administrar con regularidad unos biberones complementarios, y solo en el último extremo alimentarlo únicamente con biberón.