Traumatismos en Niños
Traumatismo Craneoencefálicos
Normalmente son los niños pequeños los que reciben el mayor número de golpes en el área de la cara y la cabeza, afortunadamente por ciertos mecanismos propios de su edad como son: la presencia de la fontanela (molleja popularmente) abierta o las características de los huesos de los niños son capaces de absorber mayor presión de los huesos que un niño mayor o de un adulto, todo lo que resulta altamente ventajoso y hace que el niño tienda a tener menos complicaciones cuando reciben un traumatismo en la cabeza.
Signos de Gravedad
Cambios de conducta, en otras palabras extrema excitación o decaimiento.
Nauseas y/o vómitos, muchas veces hay que recordar que el primer vómito que ocurre después de un golpe se debe al llanto que siguió al mismo, por lo tanto no es el primer vómito el signo de alarma, pero en caso de que estos se repitan o se acompañen de nauseas es significativo.
Dolores de cabeza.
Lo que se llama nuca o cuello rígido, esto es poco frecuente.
Sangramiento o expulsión de líquidos a través de los oídos o de la nariz.
Adormecimiento o tendencia a dormir más de lo usual, esto es difícil de interpretar porque muchas veces como consecuencia del golpe el niño queda agotado por el llanto.
Fiebre, su presencia nos indica que la zona traumatizada puede haberse infectado secundariamente.
Convulsiones o movimiento musculares atípicos o raros.
Marcha tambaleante o problemas de equilibrio.
Debilidad de algún miembro del cuerpo o hemicuerpo.
Cambios en la vista, que refiera visión borrosa, visión doble, desviación de los ojos y la mirada, caída de los párpados o que note pupilas de diferentes tamaños.
Palidez, sudación fría.
Perdida de conocimiento, esto es muy significativo y es el caso del niño que esta consiente se acuesta y no puede ser despertado al hablarle.
Si todo esto sucede comunicarse con su pediatra lo más pronto posible.