Ácido fólico
La mayoría de los órganos del embrión se forman durante los cuatro primeros meses del embarazo, cuando quizás aún no conozcas tu nuevo estado. Por eso conviene que tomes ciertas precauciones desde el momento de la concepción.
Una de las más importantes es asegurarte un aporte adecuado de ácido fólico (más conocida como vitamina B9), que desempeña un papel fundamental en el desarrollo del cerebro y la médula espinal del feto. Está demostrado que un suplemento diario de ácido fólico (0,4 mg antes del embarazo y 0,8 mg en el primer trimestre) previene graves malformaciones como la espina bífida (defecto en el cierre del tubo neural) y la anencefalia (falta parcial del cerebro, el cráneo y piel) en el niño.
La carencia de vitamina B9 también se ha asociado con abortos espontáneos y desprendimiento prematuro de la placenta. El ácido fólico se encuentra en legumbres, cereales integrales (pan, galletas, arroz), hortalizas de hojas verdes (lechugas, espinacas, acelgas) y frutas, sobre todo cítricas como la naranja, la toronja y los limones. Pero, como es difícil obtener el nivel necesario de ácido fólico con la comida, es aconsejable tomar un suplemento desde dos meses antes de la gestación hasta el final del primer trimestre, como mínimo. Si tienes alguna duda, consulta a tu ginecólogo.