Estrógeno

Al igual que la progesterona, el estrógeno aumenta con la ovulación y aumenta durante el embarazo, pero el impulso es mucho mayor, dice la endocrinóloga Deena Adimoolam, M.D., portavoz de la Endocrine Society. El estrógeno está destinado a crear un «cojín exuberante y un forro para el embarazo», dice el Dr. Dweck. Mientras tanto, hace que los vasos sanguíneos se dilaten. «El aumento en el flujo de sangre a la piel podría conducir al ‘brillo del embarazo’», dice el Dr. Adimoolam.

El estrógeno elevado también estimula el cabello para permanecer en su fase de crecimiento, por lo que su volumen se ve auentado. Después del nacimiento, el estrógeno cae a su nivel previo al embarazo, y si está amamantando, ya que la lactancia evita la ovulación, su estrógeno permanece bajo durante esos meses. Un efecto aparentemente protector de este cambio en los niveles hormonales del embarazo: las mujeres que han tenido embarazos (que duran más de seis meses) y que han amamantado tienen tasas más bajas de cáncer de ovario y útero.

Oxitocina

Hay un aumento gradual de la oxitocina durante el embarazo, un cambio en los niveles de hormonas del embarazo que puede ser una razón para el aumento de los instintos de anidación de las futuras mamás. Después del nacimiento, la oxitocina entra en sobremarcha. Es posible que las feromonas del bebé estimulen la oxitocina en la madre, pero «sabemos que la oxitocina es alta para promover la lactancia materna, lo que a su vez ayuda a crear lazos entre la madre y el bebé», dice el Dr. Adimoolam.

Aún así, el jurado no sabe si los factores hormonales explican por qué la amígdala, esa área del cerebro ligada a las emociones, crece después de convertirse en madre. «Se necesitan más datos», dice ella.

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