Las mujeres embarazadas no deben tener que elegir entre su trabajo y un bebé sano
Las mujeres embarazadas en trabajos de bajos ingresos a menudo enfrentan una elección poco atractiva: perder su trabajo o realizar tareas que ponen en peligro su salud y la de su bebé.
Walmart, el mayor empleador privado en los Estados Unidos, es un buen ejemplo. En 2007, el minorista despidió a Heather Wiseman por transportar una botella de agua, a pesar de una nota del médico que decía que era necesario para su embarazo. Una década después, Walmart obligó a Whitney Tomlinson a tomar una licencia no remunerada después de que ella revelara sus restricciones de levantamiento relacionadas con el embarazo.
Una investigación del New York Times en 2018 encontró que algunas de las compañías estadounidenses más grandes, entre ellas Walmart, AT&T, Merck y Whole Foods, «sistemáticamente dejan a las mujeres embarazadas», «las pasan por promociones y crías» y «las despiden cuando se quejan».
Existe una ley que explora las formas en que los empleadores se niegan a proporcionar adaptaciones sencillas a las trabajadoras embarazadas de bajos ingresos, como dejar que peso. Desde entonces, 18 estados han aprobado leyes que obligan a los empleadores a proporcionar adaptaciones para el embarazo.
Como lo muestra el informe del New York Times, se debe hacer más para garantizar que las mujeres no tengan que elegir entre la salud de sus bebés y sus ingresos.
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