¿Qué factores en el embarazo afectan el cerebro del bebé? (Parte I)
Existe una estrecha asociación entre el bajo peso al nacer y los trastornos de salud mental posteriores, incluida la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) y el autismo. Esta historia echa un vistazo a algunas de las investigaciones de neurodesarrollo que han ocurrido desde entonces.
Varios otros estudios en 2019 contribuyeron a un creciente cuerpo de literatura que sugiere que las exposiciones fetales de diversos tipos pueden tener efectos a largo plazo en la salud mental de los niños.
En marzo, un estudio en JAMA Psychiatry descubrió que la exposición a la infección, incluidas las infecciones del tracto urinario y las infecciones más graves como la gripe o la sepsis, en el útero aumenta el riesgo posterior de autismo y depresión en los niños.
Más recientemente, investigadores suecos descubrieron que las madres que tenían anemia en las primeras 30 semanas de embarazo tenían un mayor riesgo de tener hijos con trastorno del espectro autista (TEA), discapacidad intelectual y TDAH.
Otro estudio en el ‘Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics’ encontró que los recién nacidos con edad gestacional extremadamente baja (<28 semanas) eran más propensos a ser positivos para hasta cuatro trastornos psiquiátricos en comparación con una población de edad similar a los 10 años.
Y un cuarto estudio relacionó la ingesta de acetaminofén (Tylenol) en el embarazo con un mayor riesgo de TDAH y TEA, aunque los datos no se ajustaron para los antecedentes familiares de ninguno de los trastornos, ni los factores genéticos relacionados con estas afecciones, y los expertos advirtieron contra la interpretación de estos hallazgos como una relación causal.
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