Franz Baehr, médico internista y especialista en enfermedades broncopulmonares de la clínica Las Condes, de Santiago, Chile señala que no hay indicios de que los medicamentos para controlar el asma o las alergias interfieran directamente en el desarrollo del feto. Lo mejor para la salud del bebé es un buen control de la madre asmática o alérgica.

El experto chileno sostiene que las embarazadas asmáticas o alérgicas deben reducir la cantidad de medicamentos, especialmente durante el primer trimestre de embarazo, período en el que se produce el desarrollo del feto.

«La idea es suministrar pocas tabletas o inyecciones y tratar con atomizadores de corticoides nasales en el caso de las alergias, y con broncodilatadores vía aerosol o en polvo en el caso de las embarazadas asmáticas», indica.

Una de las recomendaciones más importantes para una mujer embarazada asmática es evitar los agentes que desencadenan las crisis. Entre éstos, los ácaros del polvo, la tierra y los pelos de animales.

Asimismo, se recomienda el lavado frecuente de manos, para minimizar la exposición a virus causantes de resfrío y gripe, que también pueden desencadenar ataques de asma.

Idealmente una mujer que padece de alergia debería consultar con su médico antes de quedar embarazada para establecer si necesitará medicamentos para controlar sus síntomas o para cambiar sus fármacos si es necesario.

En el caso de las rinitis alérgicas, que pueden ser estacionales y ocurren cuando hay, por ejemplo, polen, en el ambiente, o de duración indefinida, ocasionadas por pasto, polvo o plumas, entre otros, es preciso tratar de evitar aquello que produce la reacción.

Sin embargo, pese a todas las precauciones, no es posible predecir cómo reaccionará el sistema inmune durante el embarazo.

Se estima que un 50 por ciento de las embarazadas alérgicas no manifiestan mayores complicaciones, y algunas dicen sentirse mejor, mientras que el otro 50 por ciento dice sentirse peor y considera que sus alergias se han complicado con el embarazo.