Duérmete bebé
Si eres amable pero firme a la hora de dormir, además de mantener una rutina consistente, tu bebé eventualmente se acostumbrará a la existencia de un horario para descansar.
A algunos niños le toma algún tiempo prepararse para dormir, quizás les agrade que le leas un cuento, los arropes o lo bañes con agua tibia. Es conveniente definir las actividades previas a la hora de dormir. Cámbiale los pañales y colócale la pijama en el mismo lugar, después cárgalo en brazos hasta su cuna. Si tienes figuras móviles en su cama, mírenlas juntas, cántale hasta que veas que cierra sus ojos.
Si llora, aléjate un poco y espera un rato antes de entrar a su habitación nuevamente, toca su cabeza y hazle cariño, pero no lo cargues. Regresa a su lado a intervalos regulares hasta que lo veas dormido.
Si tu hijo se despierta durante la noche, intenta la misma técnica. Déjale saber que tú estás allí, para chequear que no pasa nada malo, despídete y márchate. Esto ocurre por la ansiedad que experimenta cuando te separas de él.
El madrugador
Si el bebé se despierta demasiado temprano y en la mañana, puedes dejarle algunos juguetes para que se distraiga mientras tu descansas. Un móvil musical o un centro de actividades que pueda ser operado por el niño cumplirá este propósito. Algunos bebés, sin embargo, miran buscando atención desde el momento en que se despiertan. Tómalo en brazos y acuéstalo cerca de ti en la cama, para que se sienta bien y tu puedas reposar.
Para que el niño no se levante tan temprano bastará con retrasar una o 1/2 hora el momento de acostarlo en la noche. También puedes alimentarlo más tarde que de costumbre. Si no presentan resultados favorables los primeros días y tu bebé se vuelve irritable durante ese tiempo, tienes que ser persiste para que funcione.