Se conoce como líquido amniótico a la sustancia que rodea al bebé durante el embarazo y que se encuentra dentro de una estructura llamada saco amniótico. Este último se encarga de envolver al feto y protegerlo de ciertos agentes externos que puedan dañarlo o afectar su crecimiento.

¿Cómo es el líquido amniótico?

El líquido amniótico es una sustancia acuosa de color amarillo tenue, cuya función principal es permitir el movimiento del bebé dentro del útero.

¿Para qué sirve?

Las funciones principales del líquido amniótico son:

• Protege al bebé contra traumatismos. Es decir, golpes o caídas.
• Permite que el bebé se mueva dentro del útero.
• Ayuda a que los músculos del bebé se desarrollen debido a que se puede mover dentro del saco amniótico.
• Protege al bebé contra las infecciones.
• Ayuda a regularizar la temperatura del útero.
• Hace que el cordón umbilical esté extendido, por lo que el suministro de oxígeno al bebé no se ve afectado.
• Ayuda a desarrollar los pulmones del bebé.
• Ayuda a desarrollar el sistema digestivo del bebé.

¿Cuándo empieza a producir líquido amniótico?

El cuerpo de la madre empieza a producir líquido amniótico alrededor de dos semanas después de la fecundación.

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Su organismo producirá líquido amniótico durante las primeras 14 semanas de embarazo, luego de las cuales el bebé empezará a tragar y excretar el líquido a través de la orina. Es decir, el líquido se reciclará y se mantendrá en un nivel óptimo. No obstante, puede ocurrir que algunas madres tengan muy poco líquido amniótico o demasiada cantidad del mismo, lo cual puede generar complicaciones.

¿El líquido puede salirse del saco amniótico?

Sí, efectivamente el líquido puede salirse del saco amniótico por una fisura. Si usted tiene pérdida de líquido amniótico, notará cómo su ropa interior se mancha regularmente con un líquido acuoso. Si esto ocurre, debe contactar a su médico de inmediato.