¿Quiere participar en el proceso educativo de sus hijos?
Anteriormente existía una barrera que impedía a los padres acercarse a los docentes o encargados de sus niños. Pero eso está cambiando, porque muchos directivos y profesores, quieren que los representantes se involucren en las actividades educativas y continúen en los hogares, los ejercicios propuestos en clase.
Cuando existe una comunicación efectiva, es más fácil determinar a tiempo algunas dificultades del aprendizaje en el chiquillo como: problemas visuales, déficit de atención, hiperactividad y dislexia.
Algunas escuelas ya han creado programas de participación con la comunidad para que aquellos padres que deseen colaborar como voluntarios, en la preparación de los materiales didácticos, puedan hacerlo. Los padres de niños en edad preescolar pueden tomar la iniciativa de reunirse para intercambiar inquietudes con el personal de los centros, respecto a los servicios que se ofrecen.
Por ejemplo, pueden crear una biblioteca ambulante con libros especializados para los pequeños, realizar ocasionalmente visitas guiadas a la institución y además integrar a todos los miembros de la familia, en actividades de lectura colectiva, donde los niños más grandes puedan leerle a los más chicos. Los centros educativos también pueden ofrecer a los niños diccionarios, atlas, enciclopedias y otros libros de referencia para complementar sus asignaciones para la casa.
Las madres y los padres que no pueden ayudar al maestro como voluntarios escolares, pueden examinar otras posibilidades como dedicar algunas horas, después de las clases, para decorar las aulas y preparar juegos para futuras lecciones. Fotocopiar materiales didácticos, escribir la lista de alumnos y recolectar elementos reciclables que se pueden usar en los salones, como cartones de huevos, cajas de cintas de video, botones, papel periódico y un sinfín de desechos.