El consumo excesivo de vitaminas durante el embarazo
Es importante que las mujeres consuman las vitaminas necesarias antes y durante el embarazo, ya que son indispensables para cubrir los requerimientos nutricionales y un buen desarrollo del bebé. Además, las vitaminas también son importantes para la madre, ya que tendrá la energía suficiente para lidiar con los cambios del embarazo.
Sin embargo, el consumo excesivo de vitaminas puede ser perjudicial para la salud de la madre y el bebé, por lo que es importante que no sobrepase la dosis recomendada por el médico.
¿El ácido fólico es importante?
Tomar ácido fólico es muy importante e imprescindible en el embarazo, ya que promueve el normal desarrollo del bebé y reduce el riesgo de que presente defectos de nacimiento.
¿Cuál es la cantidad de ácido fólico que debe consumirse?
Generalmente, las mujeres en la edad fértil que están intentando concebir deberían tomar un suplemento de ácido fólico de 400 mcg diarios, lo cual aumentará una vez que se encuentre embarazada.
¿Cómo consumir ácido fólico naturalmente?
Para consumir esta importante vitamina de manera natural, la madre debe incluir en su dieta cotidiana los siguientes alimentos:
• Cereales fortificados
• Vegetales de hoja verde
• Naranjas
• Lentejas
• Arvejas
¿Qué ocurre si la madre consume un exceso de vitaminas?
Contrario a lo que se cree, consumir una cantidad de vitaminas mayor a lo indicado puede ser muy peligroso para la salud.
• El consumo excesivo de vitamina A puede provocar náuseas, dolor de cabeza, cambios en la piel, períodos irregulares, pérdida de apetito y, en casos extremos, puede provocar daños en el hígado. Además, el consumo excesivo de vitamina A durante el embarazo puede provocar anomalías en el bebé.
• El exceso de vitamina D puede causar debilidad muscular, cálculos renales, problemas estomacales
• Las altas dosis de vitamina E pueden causar dolor abdominal, problemas estomacales y alteración en la absorción de otras vitaminas
• El exceso de vitamina B6 puede provocar daño en los nervios
• El consumo excesivo de vitamina C puede causar diarrea, cálculos renales y dolor abdominal