Natural
El parto natural es aquel en el cual las madres se les permite hacer todo aquello que deseen durante el trabajo de parto, por ejemplo, adoptar la posición que les resulte más cómoda y no ser presionada a recibir calmantes.
Parte del principio de que los cuerpos femeninos están diseñados para tener bebes y todos los tejidos blandos del canal vaginal pueden abrirse de modo tal que el bebé se deslice suavemente hacia el exterior, sin necesidad de intervención del médico.
Desde hace mucho tiempo las mujeres embarazadas, en forma espontánea, buscaron los medios para hacer que el trabajo de parto fuese más fácil y menos molesto. Para ellos se adoptaron posiciones que hicieran las contracciones uterinas y los pujos mas efectivos; posturas y masajes que aliviasen el dolor y buscaron a las personas ( casi siempre otras mujeres ) que les ofrecieran apoyo físico y psíquico en ese momento tan importante.
En nuestro mundo occidental, el hombre, en este caso el médico, irrumpe en el parto con el nacimiento de la obstetricia en el siglo XVIII en francia, introduciendo la cama ginecológica, el uso de drogas (la «narcosis obstétrica» ) y el fórceps. En ese momento la mujer pierde su papel protagónico y activo del proceso de parto, cediéndolo al «experto» quién se convierte entonces en la figura activa y principal, con consecuencias en muchos casos lamentables, a pesar de ir acompañado de las mejores intenciones.
Cuando revisamos muchos de los cambios, de los cuales los médicos somos los responsables, introducidos en los diseños de las salas de maternidad, de la posición para parir, de la limitación de los movimientos durante el trabajo de parto, de la episiotomía rutinaria ( el corte en la región vagino-perineal ), de la exclusión de la pareja del proceso de parto, del uso de drogas que estimulas las contracciones uterinas y de la anestesia y analgesia obstétrica, podemos entender que es necesario realizar cambios en beneficio de la parturienta producto del juicio y análisis objetivo y científico de las pautas de atención del parto. En muchos de los paises desarrollados, especialmente de Europa, desde hace ya más de medio siglo se viene trabajando con otras alternativas presentadas a la mujer y que representan cambios «ecológicos» de enfrentar el parto, en donde la mujer o mejor dicho, la tríada madre-padre-hijo, adquiere el papel principal dentro del acto de nacimiento.
Estos cambios están representados por una cabal preparación durante el embarazo que implica la adquisición de conocimiento anatómico y fisiológicos del aparato genital femenino, de los cambios que se producen en la mujer durante la gestación, incluyendo el desarrollo del embrión y del feto. Tiene una gran importancia manejar principios básicos de nutrición y estimulación prenatal para el desarrollo de la inteligencia. Los conceptos de higiene y control prenatal contribuyen a prevenir y tratar a tiempo las complicaciones del embarazo. Enterarse de los conceptos modernos sobre la fisiología del parto con el uso de la respiración, masajes, relajación, visualizaciones , afirmaciones y las posturas verticales permite a la mujer convertirse o mejor dicho, retomar algo que le fue quitado injustamente: el control consciente de si misma en al trascendental proceso de traer un niño al mundo. Por supuesto, acompañada de su pareja, quien disfruta y participa cabalmente del proceso del parto.
Es entonces en un ambiente cálido, familiar, con poca luz, sin ruidos molestos y en compañía de quién ofrece apoyo incondicional, escuchando y obedeciendo los designios de la naturaleza, compenetrándose con sensaciones y fuerzas internas irreprimibles, en un verdadero «nido» donde la mujer puede parir en condiciones realmente naturales.
Este enfoque no está en lo absoluto reñido con el usa de la tecnología moderna. Simplemente trata de utilizarla a favor y no en contra del ser humano. Si escuchamos y actuamos en concordancia con la naturaleza tenemos pocas probabilidades de actuar erróneamente.
Por Dr.Beltrán Lares Díaz – Médico Obstetra y Ginecólogo