¿Parto natural o cesárea?
Una de las decisiones más importantes que debe hacer la madre corresponde a de que manera va a tener a su nuevo bebé: ¿parto natural o cesárea? Ambos procedimientos tienen sus pro y sus posibles contra, por lo que es imprescindible informarse de la manera correcta para asegurarse de que ha escogido aquél que mejor le convenga para su bienestar y el de su hijo.
¿Por qué se debe recurrir a una cesárea?
Si bien el parto natural es la opción que, por lo general, resulta más beneficiosa para la salud de la madre y el bebé, esto no ocurre en todas las situaciones, ya que es posible que surjan ciertas condiciones que traigan como consecuencia que se deba practicar una cesárea para el nacimiento del bebé.
A medida que el embarazo se va desarrollando, el médico puede determinar el tamaño y el peso aproximado del bebé. Esta es una razón por la que la madre no pueda tener un parto natural, debido a que algunos bebés tienen un peso elevado, por lo que resulta complicado que nazcan a través de un parto natural.
¿Un bebé grande puede ameritar una cesárea?
Un bebé que pese alrededor de los 4 kilogramos puede catalogarse como grande. Por ello, no todas las madres son capaces de tener un parto natural, por lo que el médico puede sugerir una inducción temprana (provocar) del trabajo de parto o a la realización de una cesárea. Sin embargo, la inducción del parto dependerá del desarrollo del bebé, por lo que no es una opción viable para todas las madres.
¿Cuál es el riesgo de tener un parto natural de un bebé con alto peso?
Si la madre decide tener un parto natural con un bebé grande, es probable que el médico requiera de instrumentos como fórceps o ventosas para ayudarlo a salir, los cuales aumentan el riesgo de que se produzcan ciertas complicaciones. Además, el médico podría ordenar una cesárea de emergencia si el trabajo de parto no ha progresado con normalidad.
¿Cuáles son los riesgos de una cesárea?
La cesárea, como cualquier intervención quirúrgica, implica ciertos riesgos que la madre debe conocer. Estos incluyen una mayor pérdida de sangre, el riesgo de contraer una infección y un mayor tiempo de recuperación. Sin embargo, en muchos casos la cesárea resulta la mejor opción para el bienestar de la madre y el bebé.