Durante el embarazo es muy frecuente la falta de apetito sexual de cualquiera de los miembros de la pareja, las razones involucradas van desde el miedo de hacerle daño al bebé hasta la idea de que el aumento de peso y cambios en la figura de la madre disminuyan la atracción física y la fantasía muy importante en el acto sexual. También por los cambios hormonales o a que no logras liberarte de tus miedos de hacerle daño al bebé con las relaciones sexuales, puedes inhibirte en el momento de mayor excitación (aunque sea inconscientemente), presentando falta de lubricación y haciéndose dolorosas las relaciones, no alcanzando el orgasmo. Si te sucede esto por temor a dañar a tu hijo, es importante que entiendas que si no hay contraindicación médica (amenaza de aborto, sangrado genital, placenta previa o amenaza de parto prematuro) la pareja puede seguir teniendo relaciones sexuales sin problema, ya que no produce ningún daño en el bebé. En general la pareja debe conversar y llegar a un acuerdo en el tipo y la frecuencia de las relaciones que mantendrán.