Las afecciones hipertensivas son las complicaciones médicas más frecuentes del embarazo.
Cuando una mujer presenta tensión arterial alta durante el embarazo es importante determinar si se trata de una hipertensión crónica o si se trata de una hipertensión arterial inducida por el embarazo (preeclampsia).
En ambos casos es muy importante el tratamiento de la hipertensión, asimismo es necesario realizar exámenes para determinar si existen complicaciones a nivel de otros órganos como riñón, corazón, hígado, etc.
Ante la presencia de síntomas como dolor de cabeza, visión de luces brillantes, ruidos en los oídos o dolor en la boca del estómago hay que hospitalizar a la paciente.
Cuando la tensión no se puede controlar hay mayor riesgo tanto para el bebé como para la madre de retardo del crecimiento intrauterino, parto pretérmino, bebés con bajo peso al nacer, desprendimiento prematuro de la placenta, daño renal, problemas pulmonares, etc.
Lo más importante es controlar la tensión arterial. Si los exámenes están normales lo indicado es mandar medicamentos antihipertensivos, una dieta sana (disminuir la sal si se trata de hipertensión crónica), disminuir de peso si tiene sobrepeso, reposo y un control estricto de la tensión.
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